miércoles, 2 de marzo de 2011

Plomo en Oro / Serpiente

En el simbolismo ocultista, el bastón representa el poder, las serpientes la sabiduría, las alas la rapidez y el yelmo los pensamientos elevados.

La serpiente enroscada en un bastón representa el camino de los iniciados, ya que la vara es la columna vertebral, y las serpientes, la energía, el Fuego Serpentino o Kundalini, que se concentra en la base de la espina dorsal ascendiendo por la misma.
Kundalini está reposando en el chakra (punto energético) básico; cuando despierta, como resultado de la evolución, asciende por la columna vertebral en forma espiralada y recorre los demás chakras hasta llegar a la corona o chakra coronario.

La alquimia occidental ha estado siempre estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad grecoegipcia y legendario alquimista. Estas dos disciplinas influyeron en el nacimiento del rosacrucismo, un importante movimiento esotérico del siglo XVII. En el transcurso de los comienzos de la época moderna, la alquimia dominante evolucionó en la actual química.

La alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las sustancias, herramientas y procesos de la antigua alquimia han servido como pilares fundamentales de las modernas industrias química y metalúrgica. Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro. Otra forma que adopta la alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que se era capaz de lograr la habilidad para transmutar oro o la vida eterna.

En 1919 Ernest Rutherford usó la desintegración artificial para convertir nitrógeno en oxígeno. Este proceso o transmutación ha sido posteriormente realizado a escala comercial mediante el bombardeo de núcleos atómicos con partículas de alta energía en aceleradores de partículas y reactores nucleares.
La idea de convertir plomo en oro no es del todo incorrecta ya que, teóricamente, bastaría extraer 3 protones de un átomo de plomo (82 protones) para obtener otro pero de oro (79 protones).





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